domingo, 13 de julio de 2008

- “Voy a fumar un pucho al balcón y vuelvo”-, dije y salí. Prendí ese cigarro hice en mi aquellas volutas de humo mirando al cielo violeta de aquella noche… Mas nunca existieron aquellas volutas, y siquiera el cielo era violeta, ese trayecto habitación-balcón-habitación a decir verdad fue un tomar carrera desde lo más profundo de mi interior hasta arrojarme con acrobático salto, con clavado crucial, en el océano de los sentimientos.

Y así fue que lancé, un misil en esa primera frase que pude hilvanar. Boom! Y con el camino allanado, y sabiendo que era el todo por el todo, solo resto que mis sentires desembarcaran liberados de la opresión, y tomaran posiciones.

Le hable de faros, de bellezas, de noches deslumbrantes, de colores, crecimientos, brotes y de tintas eternas, - es que si, los patos del abismo del ocaso dicen “cuack” a su manera; ellos desde su paisaje abisal, poetizan sobre luces, cromatismos y candelas- .

Mi cuerpo temblaba, no supe bien si de los nervios o mas bien era mi alma en estado de ebullición burbujeando, o que al tener mi ser en una mano ,mis carnes desnudas temblaban de frio… aunque esto ultimo lo descarto, ¿quién puede creer real la temperatura ambiental, solo aquel que nunca sintió helársele el anima en carne viva.

De pronto me vi dibujado con tintas, solo, en un desértico campo de San pedros. Me arrodille, derramé una lágrima en el suelo (quizás la única) y el desierto me la agradeció. Mire alrededor, tomé noción de estar vivo, y me puse de pie.

. Y fue el desierto testigo de mi partida.

Facvil.-

1 comentario:

El Fundidor dijo...

buenas palabras...

san pedritos y el fundidor un solo corazón!!

ahi te mande un mail para que salga un encuentro